Con un oído atento I
En el corazón de Villa los Eucaliptos, un barrio en el sur de Solano, partido de Quilmes (Buenos Aires) iniciaron un camino de aprendizajes y protagonismos que hasta hoy no creían cercano en sus vidas familiares, del barrio.
Doce personas, el mate imprescindible y labios en comunión. Una charla de emociones fuertes con cuentos, relatos, sucedidos, historias, pareceres, opiniones y un único ausente: la indiferencia.
Una coincidencia total ¡nadie cree en los medios de comunicación, en ninguno, nadie! Y una necesidad de todos: ¡la necesidad de creer! ¿Entonces?
Un desafío para crecer: “Cuando la voz humana quiere decir no hay quien la pare”, dice Victor. Si nos tapan la boca, comunicaremos con los pies, si nos atan los pies, hablaremos con los ojos, si nos vendan los ojos, diremos con el cuerpo, si nos amarran el cuerpo, nos expresaremos con los gestos…
Quién convoca? La Radio. Quiénes salen a escena? los protagonistas. Es como un inmenso teatro, con actores reales, decorados reales, una escenografía que invita a mirar con profundidad, para entender y no perderse detalle de la obra.
En la ribera de Quilmes, sentadas alrededor de una mesa ellas conversan calidamente, como el clima que se respira, las reúne Eduardo Galeano con un relato visceral, profundo, emocionante y conmovedor. Una mamá cuenta el traumático nacimiento de su hijo, indignada por la indiferencia médica y una muerte prematura el día del parto. Muchas lágrimas se asoman pero ninguna se muestra. La radio está allí. Todas la reconocen, aunque ninguna lo dice. El milagro de comunicación se presenta sin permiso para quedarse en medio de este colectivo que desea otras vivencias para sus vidas.
El mate, rito sagrado, con su verde esperanza camina sin descanso, como la comunicación. Brotan espontáneamente, comentarios, sucedidos, historias, sensaciones, sonidos motivadores, despiertan conciencias, arrancan palabras. Parto de todas las intervenciones para el nacimiento de un programa de radio.
Nacimiento con una consigna: “Denunciar lo que duele y compartir lo que da alegría”. La participación, con matices, las incluyó a todas y arribamos juntos a la necesidad de una radio comunitaria. ¿Y ahora, qué hacemos? Expliqué con dolor que casi no existen radios comunitarias en Quilmes ¿Por qué? Si se necesita un remedio, dadores de sangre, si se produce un incendio en el barrio, un accidente, informar sobre la sudestada, lugares de alojamiento de los inundados ¿A donde vamos? La falta de respuesta resultó la respuesta. La conclusión aumentó la necesidad comunicacional: muchas llevan el nombre comunitarias, muy pocas el alma.
El corazón ya está. Falta el alma y el cuerpo. Un simulacro de programa encendió nuevamente las miradas. Nadie quería irse, nadie. Cuando democráticamente a la odisea radial le caen las gotitas del bautismo Niño, tu futuro el hoy”. Alicia sorprendió con un testimonio sobre violencia de género, que inmediatamente se convirtió en un micro radial. Varios separadores históricos se acomodaron y solo faltan las llaves colectivas del ajuste. Organización y libertad, creatividad, muy lejos de lugares comunes. Sorpresa y compromiso. No son solo palabras, es pensar, decir. Como un abrojo la radio abierta se aferra con el pueblo cara a cara. Allí donde, como por un truco mágico aparecen los equipos aparecen, mágicamente los barrios disfrutan de radios abiertas. Rompiendo con la solemnidad del lugar esta horda de locos de la azotea abandonamos el lugar amasados por la más maravillosa de las experiencias.
Con un oído atento II
Tomada de Revista Caras y Caretas |
Hasta hace poco, espectadoras. Hoy, saben que tienen la radio…una ley de medios que potencia la posibilidad de que un barrio, una escuela, las familias la hagan propia, le impriman su ADN.
Graciela…caminante de estos años teje los audios y momentos que compartimos con colegas que anhelan ciudadanos críticos, creativos, amantes de la vida. Reflexiones, trabajo en grupos, proyección en red.
¿Cómo sigue esto? Una vez más nos proponemos no perder pisada a esta red de comunicación que venimos tejiendo.
¿Cómo sigue esto? Una vez más nos proponemos no perder pisada a esta red de comunicación que venimos tejiendo.
Las expectativas, sueños y utopías están en juego. Sobre nuestros pasos, venimos echando semillas por distintos caminos. Ellas necesitan el riego diario, la mirada atenta, el oído presto y el abrazo a flor de piel.
Victor Zawistowski - Néstor Manchini Colectivos: Los Ojos de la Mente - Proa Comunicación
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