16/10/15

“En América Latina hay bases militares y bases mediáticas”

Para seguir reflexionando y debatiendo en esta coyuntura que vive la Patria Grande!!

Por Héctor Bernardo

Fernando Buen Abad es doctor en filosofía, semiólogo, escritor, especialista en medios de comunicación. Ha sido fuente de consulta de varios presidentes, entre ellos Hugo Chávez y Manuel Zelaya. En una extensa charla –que formará parte de un libro sobre pensadores de Nuestra América–, el intelectual de origen mexicano analiza el rol del los medios, afirma que la comunicación es un problema de seguridad regional y asegura que “los medios de comunicación son realmente armas de guerra ideológicas”.
-¿Por qué afirma que en la actualidad la comunicación es un problema de seguridad regional?
-En lo que va del siglo XXI, tenemos ya cinco golpes de Estado en América Latina donde el ariete han sido las estructuras monopólicas mediáticas. Eso es una alerta a la que estamos llegando tarde.
-¿Cuál ha sido el rol de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en estos hechos?
-En el caso de la SIP, trato de no exagerar su papel, a pesar de que se trata de una alianza de empresarios de medios. El problema no es que los empresarios se organicen, el problema es que tienen una impronta y una currícula como la de una antología del terror. Cada uno de ellos es un compendio de horrores espantosos, no solamente en lo individual, sino por los medios a los que representa y por los proyectos que tiene en mente. No obstante, creo que siguen siendo una instancia bastante menor respecto del otro problema que es el megaproyecto global de dominación mediática, que sí es un proyecto imperial. En ese contexto, la SIP es apenas un peón que hace cosas horrorosas, pero que conforman sólo una parte de ese megaproyecto.
Digo eso para que ubiquemos el tamaño de lo que representa la SIP; pero, en su escala, quienes la integran son autores de prevenciones enormes. Ellos han sido el ariete del proyecto que hemos denominado como “El Plan Cóndor Comunicacional”.

-¿Qué implicaría El Plan Cóndor Comunicacional?
-En los años recientes hubo una “metástasis” de las bases militares en América Latina, sobre ello han hecho análisis muy precisos Atilio Boron y Ana Esther Ceceña, detallando el mapa de las bases militares en la región. Estados Unidos, que siempre pensó que México era parte de su anillo de seguridad, ahora quiere que lo sea todo el continente, que, además, es un territorio de seguridad con 500 millones de personas cautivas para ampliar su proyecto de mercado.
Una forma de controlar todo tipo de resistencia es mediante las capacidades de desembarco acelerado de fuerzas militares en la región. La formula ya la vimos en Irak, ya la vimos en Libia, en Siria, en Ucrania. El ariete, la punta de lanza de esto, son los medios. Se trata de empezar a acusar de dictadores a todos los que están ahí, convencer al mundo de que “alguien tiene que hacer algo”, y el día que eso pase todo el mundo aplaudirá y dirá: “Por fin ya quitaron a ese dictador”. Esa formula ya la vimos. Esa formula es la que está apuntándole a Nicolás Maduro y que le apuntó a Hugo Chávez. Es la formula que le apunta a Evo Morales, a Daniel Ortega, a Rafael Correa, a Raúl Castro, a Dilma Rousseff y a Cristina Fernández. Está claro quiénes son los enemigos para ellos en este escenario.

-¿Qué rol les corresponde en ese contexto a los medios de comunicación?
-Los medios de comunicación son realmente armas de guerra ideológicas y han ido reposicionándose en el continente. En América Latina hay bases militares y bases mediáticas. Las bases mediáticas tienen varias ventajas sobre las otras. Tiene mayor capacidad de articulación, de manera más rápida y ubicua. Hacen estallar un comentario difamador en Venezuela, esa misma mañana en una radio de un barrio de Buenos Aires la repiten, haciendo operar de esa manera la agenda en el territorio, al mismo tiempo que el Grupo Prisa de España reproduce la misma nota en Madrid, la CNN la reproduce en Estados Unidos, en México la replica Televisa y Clarín hace lo suyo en Argentina. Es decir, hay velocidad y sincronicidad, eso es básicamente estrategia militar. Hay una lucha territorial al mismo tiempo que hay una lucha semántica. A eso es a lo que denomino El Plan Cóndor Comunicacional. Porque ahora las fuerzas de represión comunicacional tienen una capacidad de virulencia y coordinación muy rápida.
Acabo de ir a una ciudad que se llama Azul, y, mientras desayunaba en el hotel, la señora que atendía me comentaba que estaba muy preocupada porque ella veía que “los rusos se han vuelto el demonio” y que “Putin es un Satanás que amenaza a todo el mundo”. Esa señora, que atendía ese humilde hotel, ya tenía la carga ideológica en sincronía con lo que se está diciendo en gran parte del planeta. Ese es El Plan Cóndor Comunicacional, que ya ha hecho la tarea de posicionarse en el terreno del imaginario colectivo.
-¿Cómo estructura?
-Estoy seguro de que si tuviéramos dinero e instituciones fuertes para hacer estas tareas de investigación identificaríamos estructuras semánticas y sintácticas idénticas. Una que he trabajado es la siguiente: cuando ganó las elecciones en México Peña Nieto, dijo “Hemos sembrado una semilla, de la que crecerá un árbol, del que tendremos los frutos”. Esa es la misma frase que dijo en Venezuela Henrique Capriles cuando perdió las elecciones frente a Hugo Chávez, y también en Argentina, en Tigre, Sergio Massa, dijo exactamente la misma frase en uno de sus discursos: “Estamos sembrado una semilla, de la que crecerá un árbol, del que tendremos los frutos”.
Si tuviéramos la posibilidad de hacer una “tomografía computada” del discurso que está corriendo en América Latina en estas bases mediáticas continentales, veríamos que hay matrices que tienen una orientación y que pasan por el Grupo Random de Colombia, por CNN en Estados Unidos y que viene del Grupo Prisa, donde están los laboratorios de guerra ideológica y psicológica más poderosos del mundo.

ENTREVISTA a Fernando Buen Abad publicada originariamente en http://www.diariocontexto.com.ar

 

26/7/15

Medios y Nuevas Tecnologías: un camino sinuoso, un desafío insoslayable



Los medios y la tecnología vienen consolidando nuevos paradigmas en estos tiempos de expuesta globalización: los editores buscan herramientas para hacer más rentable el periodismo; se verifican estrategias para producir y comunicar con el complemento de las redes sociales (facebook, twitter y tantas otras); se privilegia la cantidad de información que circula, más no siempre la calidad, entre otras variables que podríamos considerar en esta ocasión.

Los medios hegemónicos, principalmente, han entendido la necesidad de proponer a sus lectores, escuchas, televidentes, cambios frecuentes en el diseño y jerarquización de contenidos pues ya nada es lo que era: los medios, sus propietarios (bajo su poderío económico les resulta nada problemático concentrar negocios de la comunicación con la producción agrícola-ganadera, o cualquier otro rubro industrial) que consideran que ninguna ley deben respetar en su ejercicio empresarial, y, los ciudadanos que se valen de múltiples maneras de ellos.

Los medios buscan periódicamente mejorar su manera de difundir sus artículos en alianza con las redes sociales, fundamentalmente, Facebook y Twitter. Y, en paralelo, vale repreguntarse desde el inmenso paisaje de medios barriales, regionales, comunitarios qué rol pueden, deben y quieren jugar en términos editoriales e informativos. Algunas visiones arriesgan que ocurrirá una especie de sinergia entre lo digital y el impreso que hará, en el mejor de los casos, un periodismo más profesional, profundo, original y narrado desde otras trincheras con historias nuevas y más investigativo; otros, apuestan a que todo será mucho más audiovisual, superficial y poco confiable en cuanto a las fuentes y la narración de cualquier hecho.

Es pertinente tomar nota de que la noticia es una especie de “dato” con actualización permanente cada diez segundos si es necesario que, hoy, lo llevan adelante casi en soledad los grandes medios. Esta celeridad en la difusión de un hecho, una idea, una opinión nos provoca a preguntarnos sobre la imagen, la inmediatez, la precisión entre otras variables en el ejercicio comunicacional. Sobre este punto, Miguel Ángel Bastenier afirma que “la tecnología del chip, el chat y el link, por citar tan solo a su santísima trinidad, no podía sino afectar muy directamente al trabajo periodístico.”  Y con ello, agrego, las formas que asumimos en el diseño de nuestros sitios y la imagen persona, profesional e institucional que queremos significar-representar.

Hace unas cuantas investigaciones que se verificó que se ha modificado el contrato de lectura entre aquel periodismo en el papel y este en la red; entre el vínculo radialista y las temáticas que componen el hecho comunicacional; entre el espectador ante la caja boba (televisión) y el poder del zapping para establecer alguna chance de relación menos desigual. Es que leemos distinto en la pantalla cómo lo hacemos/hacíamos en papel pues nos movemos de manera mucho más selectiva: un fragmento aquí, otro más allá, y la prevalencia de no acabar lo que empezamos porque hemos saltado al Twitter, Facebook o cualquier otra red. Modos que siguen modificando y replanteando nuestra práctica comunicacional y de gestión y construcción del conocimiento.

La tecnología a la que acceden ricos cada día más ricos, también, colabora con este contexto pues el lector-escucha-televidente contemporáneo tiene acceso a la información en permanente movimiento a través de su celular (Internet, celular wifi, nuevas aplicaciones) que desplaza progresivamente a la comodidad de la computadora en casa; el periodista, el comunicador está convocado a responder, al instante, preguntas que le llegan en tiempo real...desafío sobre el que los medios de nuestros barrios, comunidades, la región (que no poseen vastísimos recursos)  están llamados a afrontar si no deseamos quedarnos anclados en otro tiempo.

Estamos en un tiempo de integración de tantas novedades y, al mismo tiempo, de aprendizajes que nos convoca a pensar si nuestras prácticas comunicacionales como las que desarrollamos desde Proa Comunicación, desde nuestro espacio De boca en boca en la radio pública de la Universidad Nacional de Avellaneda debe correr tras cada novedad tecnológica o matizar entre el corazón de la propuesta que privilegia contenidos, producción y ejercicio plural del derecho a la comunicación con todas las voces. Hasta este momento, apostamos a esta última opción sin descuidar que para dar a conocer nuestra propuesta, nuestra identidad, la posibilidad de ampliar vínculos y redes, la de incidir con otros por una sociedad mejor requieren, también, darle un lugar a la tecnología que está en nuestras vidas.

Nuestra experiencia comunicacional (con algunos momentos más fuertemente dedicados al periodismo) la llevamos a cabo atravesados por la docencia, la investigación y la extensión, un entramado que nos exige periódicas actualizaciones para "caminar con"  y no "detrás de".  En los ámbitos públicos de educación superior, la radio y la televisión digital están dando pasos en estos últimos años que, sanción de una nueva ley de medios mediante, se fortalecen con el trabajo en red que, por ejemplo, llevan adelante las radios públicas universitarias (cerca de medio centenar en la Argentina) lo que llevó a los órganos directivos de las instituciones a ganar espacios en la gestión y consideración de la comunidad educativa y la sociedad toda.

Este avance radial en red permite, crecientemente, la producción de contenidos cada vez más plurales, situados, conformadores de otra agenda a la que ofrecen los grandes medios, y también, de marcar presencia extendida con las redes, las transmisiones en línea, las aplicaciones a celulares, etc. En este paisaje, y a través de la radio pública de la Universidad Nacional de Avellaneda "De boca en boca" (ver http://radio.undav.edu.ar/node/86) hace realidad, modestamente, algunas de las propuestas que tantos seminarios o encuentros de comunicación enumeran como compromisos a los cuales los comunicadores no podemos ni debemos soslayar.
Otro tanto,  se empieza a transitar en la televisión digital para lo cual pequeños consorcios de universidades públicas están pensando y produciendo sus primeros contenidos para definir su modo de comunicar y empoderar a la sociedad con el conocimiento científico que producimos en ellas.

Una realidad más compleja viven los medios comunitarios que podrá abordarse en otro momento, pues caeríamos en una simplificación al querer brindar alguna definición en escasas líneas.
De todos modos, unos y otros actores viven un contexto comunicacional rico en diversidades, identidades, propuestas, acciones y políticas desde el cual nos preguntamos si, además de contar con cierta tecnología y acceso a redes, y si desde el rol más protagónico que asume el ciudadano informando, denunciando, criticando o tan solo diciendo lo que se le antoja ¿Es satisfactoria esta realidad comunicacional o debemos pensar en estrategias complementarias para enfrentar esta revolución informativa y de rompimiento en hábitos y paradigmas?

Néstor Manchini – Socio WACC América Latina
NdeR: Este artículo solicitado fue publicado en http://us9.campaign-archive2.com/?u=27a5a14dd757493ef4f636aa3&id=8c6c4bf445&e=7b2619ca88

La sociedad de la información falsificada



Y todos los noticieros que no tenemos

Fernando Buen Abad Domínguez
Rebelión/Universidad de la Filosofía
No logramos consolidar (por ahora) el conjunto de estrategias indispensables para generar los “noticieros” que necesitamos. En materia de “producción informativa” hemos sido derrotados sistemática y secularmente. Los poderes hegemónicos, desde los púlpitos hasta los “house organ”, hicieron del control sobre la información un ejercicio de su poder semiótico ante el que no hemos sabido ponernos a salvo con anticuerpos y contraataques efectivos e invencibles. ¿Recién te enteras?
Con su modo de “producción de información” las oligarquías han sabido imponernos todas sus premisas alienantes y han sabido desarrollar laboratorios de guerra informativo-ideológica desde donde nos atacan sistemáticamente con mentiras, confusiones, calumnias y engaños que nos han arrodillado sin clemencia. Bolívar decía “por el engañó nos han derrotado más que por la fuerza”. Y tiene mucha razón, hasta el presente.
Ellos entendieron, con toda claridad mercantil, que “informar” es un ejercicio de poder que puede camuflarse de muchas maneras y lo convirtieron, también, en gran negocio. Ellos lo usan para someter a los trabajadores y para convertir las conciencias de los pueblos en mercados de chatarra intelectual en el que brilla por su ausencia la verdad y se la suplanta con la “espectacularidad” efímera. Le llaman “noticieros”, “prensa”, “informativos”… Hay eufemismos a raudales. Para conseguir cierto efecto de credibilidad se fabrican (ellos mismos) un “prestigio” a medida, santificado por los dueños del negocio “informativo” y santificado por una buena lista de esbirros “intelectuales” fabricados, también, a medida. Al menos, un balance general desde la aparición de los primeros boletines de iglesia, los primeros diarios y los primeros noticieros… arroja en el presente, resultados espeluznantes. No se puede esperar mayor cosa de oligarquías que han sido, principalmente, focos de ignorantes contagiosos.

Aunque tengamos muy en claro lo que debemos hacer, y lo que no debemos hacer, en materia de “producción informativa” emancipadora, la praxis ha sido débil. No es suficiente el rigor teórico ni el debate acalorado, no son suficientes las bibliografías ni las poses de los eruditos “progres”. Tampoco nos sirven los corrillos de los “críticos” que hablan a espaldas incapaces de resolver los problemas que hay enfrente. El avance de los modos de producción “noticiosa” capaces de derrotar al modelo hegemónico burgués requiere un plan de trabajo político de gran alcance y a partir de condiciones concretas. Producir información de calidad revolucionaria y divulgarla exhaustivamente debe ser parte de la lucha mundial generalizada de la clase trabajadora contra el capitalismo. No hay atenuantes.

Hemos sabido desde hace mucho tiempo que un “noticiero” útil a la humanidad debe ser fundamentalmente una herramienta organizadora en territorios concretos. Una usina filosófica de la organización para intervenir correctamente en escenarios específicos. Hemos sabido que esos escenarios específicos son los frentes de lucha de la clase trabajadora no sólo en las fábricas o en los campos contra los terratenientes, también en las artes, en las academias, en las oficinas, en la cultura… ahí donde las voces de los trabajadores se organicen para una lucha justa, ahí nace la agenda de los noticieros revolucionarios.

Pero no es suficiente con encontrar los escenarios, es necesario, además, encontrar los vocabularios, las sintaxis, los tonos y los modos de contar y contagiar el alma organizativa de la historia revolucionaria en su escala y con las tácticas de los trabajadores y no la de los informadores. Eso cambia todo el desafío y lo hace más complejo porque lo hace dinámico, porque lo convierte en revolución cultural también dirigida a despojarnos del modelo “noticioso” inoculado a los pueblos como si se tratara de la única y mejor forma de transmitir información. A muchos les resulta imposible el parricidio de forma y contenido mercantiles en materia de “noticias”. Pero habrá que hacerlo.
Por ejemplo, TeleSur ha dejado una marca imborrable e invaluable en la batalla enorme de transformar la producción de información en una herramienta revolucionaria de los pueblos para hacer visibles sus luchas haciéndose visibles como protagonistas. Pero no podrá lograr mucho por si sola una televisora que para crecer requiere que crezcan con ella, en simultáneo, muchos otros medios de producción informativa solidarios y concatenados en la lucha contra el modo y los medios capitalistas de información. Se necesita una y dos mil “Prensa Latina”, se necesitan miles de medios alternativos y comunitarios, televisoras, documentalistas, radios, impresos expresando sus tácticas y estrategias en lo concreto pero con una agenda de unidad sistematizada en los objetivos de máxima. O sea, lo que no hicimos.

Hablamos de una revolución mundial de la producción de información capaz de ser nueva por ser colectiva, democrática y revolucionaria. Capaz de aprender a sumar voces y hacer con ellas un relato poderoso contra las mentiras y, principalmente, afianzar un método de producción en el que sea la multipolaridad de los puntos de vista la que construya fortalezas en la lucha unificada por la verdad y contra el capitalismo enemigo común de la especie humana.

La otra parte de nuestra derrota histórica es no contar con las escuelas de formación que necesitamos para la revolución de la información. Nosotros no necesitamos informadores “neutrales”, nosotros necesitamos científicos de la información que fijen postura la lado de los pueblos en la búsqueda inalienable de la verdad y su construcción científica necesariamente social ahí donde se lucha. Necesitamos compromiso estético y ético para una revolución del pensamiento que necesita de la información como la vida necesita del oxigeno. Nada más, y nada menos, de ese calibre es la responsabilidad y el alcance de la tarea. Es tan extraordinaria su importancia que no podemos dejarla en manos del capitalismo, ni un minuto más. Entérate.

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Universidad de la Filosofía

De boca en boca en la RADIO Pública - Comunicación por los derechos humanos


8/6/15

Mi encuentro con la hija del CHE



Desde Colombia, Alma D. Montoya Ch.[1] - Especial para De boca en boca
Dentro de mi formación humanística y cristiana, entre la cantidad de libros, películas, conferencias, testimonios y vivencias personales me encontré con la existencia de un hombre que inicia su vida social queriendo conocer un continente que está en el norte de su país…. Sí, porque Argentina era otro mundo y así mismo el círculo familiar, social y académico donde vivía…
Pasar la frontera y empezar a caminar el continente desde el sur, recorriendo y viviendo necesidades, constatando la miseria humana y la explotación de unos sobre los mas necesitados, compartiendo con campesinos, indígenas y enfermos terminales… en un recorrido hacia el norte, el que le mostró una realidad que no conocía… y que la profesión que había elegido estudiar le había enseñado a “salvar vidas” pero la realidad era más dura…. y, poco a poco, fue descubriendo que las causas de tantas miserias humanas tenía que ver con causas políticas y económicas estructurales, donde las razones y las causas no son, ni mágicas, ni casuales, ni maldiciones de seres extraterrestres y espíritus, sino de estructuras sociales injustas y riquezas individuales y personalistas.
Sí, este ha sido mi encuentro con el CHE, con Ernesto CHE Guevara, como  cariñosamente es conocido en esta patria grande de Abya Yala, porque me encontré con ésta, una de sus frases, rica en profundidad y en sintonía con los principios que aprendí primero en mi hogar, luego en mi barrio popular, en mi parroquia y luego en la formación y a lo largo de mi vida: Y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
Comprendí entonces, que si ser revolucionario era trabajar por mejorar la calidad de vida de los demás, que pensar en los “otros” como hermanos que merecen ser dignos, tenidos en cuenta, ser incluidos y aceptados… es ser revolucionario, entonces mi vida tiene un sentido. Ya otro me había enseñado con su vida y entrega hasta el sacrifico que hay que construir una sociedad justa y hacer lo que está a nuestro alcance por una sociedad solidaria, fraterna y equitativa y esto lo había vivido otro joven por su pueblo, era nada más y nada menos que Jesús de Nazaret, por lo tanto, este fue el primer revolucionario…. porque se comprometió y se entregó por los que la sociedad de entonces, había desechado y discriminado: la gente humilde, la mujer, las personas más necesitadas, el pueblo humillado por los poderosos, descartado y desechado por las estructuras del imperio del entonces..

Comprendí que había algo en común en estos dos revolucionarios… empecé a admirar a este joven que había dejado comenzada su carrera de medicina, que se jugaba la vida por un pueblo que no era el suyo, por un pueblo que había encontrado en su camino, por un pueblo que lo había acogido, admirado y que necesitaba iniciar un proceso de “liberación”: “… estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica….”.
Ésta ha sido mi encuentro con el CHE, el hombre joven que optó por los “otros”, que eligió intentar buscar un camino para erradicar las desigualdades; es así que al tener la oportunidad de conocer, dialogar y estar con Aleida, la hija mayor del Che fue un encuentro con alguien que lleva la misma sangre de uno de los líderes que he admirado toda la vida.
Aleida, doctora de medicina -la misma profesión de su padre- quien es la única de la familia que viaja en esta patria grande… asegura que ella no es el CHE, pero promueve por todo el mundo sus ideas y que su último recuerdo que tiene de su padre se debe a su experiencia cuando sólo tenía 7 años…, mientras tanto, la hija del “revolucionario heroico” está empeñada en preservar el legado de su padre, promocionando los libros.
Aleida reconoce que le hubiera gustado oir las respuestas directamente de la voz de su padre: "Me hubiera encantado sentarme a hablar con él, pero ya no está y nunca volverá". Crecer bajo la sombra de su apellido también fue difícil y…"Soy la hija del Che. Pero no soy el Che", insiste. Hoy trabaja como pediatra en un hospital de Cuba y realiza brigadas de salud en países como Angola, Nicaragua o Ecuador”.

Estoy convencida y muchas veces lo he reflexionado y profundizado con mis colegas, amig@s comunicadores y educador@s con los que comparto la vida y los sueños, que hay varias formas de vivir y hacer la revolución; así la hemos vivido a través de la comunicación: generando procesos comunicativos y educativos, utilizando medios ancestrales, digitales, analógicos…es acompañar al pueblo, creer en nuevas utopías, es luchar porque los pueblos recuperen su identidad, logren ser protagonistas de su historia constructores de paz y justicia.
Una comunicación alterativa que cambia estructuras y genera personas nuevas en la medida en que salen de la miseria y recuperan su dignidad, porque sin duda otro mundo, más justo, equitativo y solidario es posible. Éste ideal ha estado inspirado y trabajado también en otros hombres y mujeres como Paulo Freire, Mons. Romero, Teresa de Ávila, Franziska Moser, entre otr@s.
Y mientras, muy emocionada intercambiaba algunas ideas con Adelaida, además de  recuperar el libro que había perdido: “Che desde la Memoria: los dejo ahora conmigo mismo: el que fui”, pero esta vez la 5ª edición me quedó dedicado, la hija predilecta del Che con la siguiente frase y que ahora comparto con ustedes: “Para Alma un abrazo y el deseo de que esta lectura te acerque más a mi padre. Aleida”.


[1] Colombiana, Comunicadora Social, especializada en Gestión y Desarrollo Comunitario, militante y formadora de la comunicación popular y educativa, directora del Grupo COMUNICARTE: radios comunitarias, étnicas, escolares y ciudadanas; presidenta de la Fundación SUMAPAX Colectivo de Comunicación Comunitaria. E-mail: alma@colnodo.org.co - www.grupocomunicarte.org